Santiago de Chile, 27 feb (EFE).- El cierre del aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez de Santiago, tras el fuerte terremoto que hoy sacudió Chile, paralizó el tráfico aéreo en el país y obligó a desviar los vuelos con destino a la capital chilena hacia las terminales de los países vecinos.
Es el caso del vuelo de Iberia a Santiago de Chile, que despegó el viernes por la noche del aeropuerto de Madrid-Barajas, y fue desviado hoy a Buenos Aires, donde aterrizó sin problemas.
Otras 400 personas quedaron varadas en Lima, adonde fueron desviados tanto algunos pasajeros con destino a la capital chilena, como otros afectados por la cancelación de los vuelos que estaban programados desde el aeropuerto limeño a Santiago.
En total, 18 vuelos de la aerolínea Lan que tenían como destino Chile fueron desviados a Lima, mientras que un número similar que debían volar de la capital peruana a Santiago también fueron cancelados.
En tanto, varios extranjeros, especialmente brasileños, esperaban en las afueras del edificio de la terminal aérea con la esperanza de que la autoridad aeronáutica permitiera la salida de algún avión.
Un grupo de brasileños, entre ellos una mujer embarazada, habló con Efe para reclamar que habían llamado insistentemente al Consulado y a la Embajada de Brasil en Chile y nadie les había contestado.
Llevaban en la terminal desde antes del terremoto y se encontraban «espantados» del fenómeno telúrico que les había tocado sufrir.
«En Brasil no tiembla nunca y aquí fue un terremoto, fue una verdadera pesadilla porque empezaron a caer objetos de la parte alta del edificio y no teníamos donde protegernos», relató uno de los afectados que solicitaba ropa gruesa para pasar la noche.
Un turista ecuatoriano, que también le había dejado abandonado la línea aérea, dijo a Efe que en el momento del terremoto fue «terrible», ya que el avión estaba cargando combustible.
«Era increíblemente catastrófico, el avión daba tumbos, se movía hacia atrás y adelante, hubo un momento que una de las alas estuvo a punto de tocar el suelo», remató.
El aeropuerto de Santiago fue cerrado debido a problemas estructurales en el edifico principal y a que una de sus pasarelas principales se derrumbó mientras otras estaban a punto de caer.
En el interior del edificio, todo estaba desparramado por el suelo y uno de los dueños de los restaurantes que se hallaban en el tercer piso del aeropuerto señaló a Efe que de su negocio no había quedado absolutamente nada.
«Se cayó encima de mi negocio toda la infraestructura del aire acondicionado. Verdaderamente, en ese piso no ha quedado nada y no sé como la gente que a esa hora trabajaba se salvó», añadió.
La Dirección Nacional de Aeronáutica Civil aseguró que el aeropuerto capitalino seguirá cerrado por lo menos dos semanas más, tras haber sufrido desperfectos en el interior de las terminales, las mangas y especialmente en la torre de control.
Aun así, está estudiando medidas de emergencia para habilitar en unas 48 horas la terminal aérea, que actualmente permanece cerrada, aunque expertos consultados por Efe precisaron que la terminal aérea tiene demasiados daños para habilitarla con rapidez.
Otro de los principales problemas para restablecer el tráfico aéreo son los daños en la infraestructura aeroportuaria sino los problemas de acceso en la autopista Vespucio Norte, que circunda la capital chilena y comunica con el aeropuerto.
En varias partes de la ruta, ésta se encuentra agrietada; en otras, el paño de cemento se encuentra separada de la estructura que la soporta y son muchos los baches que se originaron con el fenómeno telúrico.
El sismo, de 8,8 grados de magnitud en la la escala de Richter, se registró este sábado a las 03.36 horas (06.36 GMT) en el centro y el sur de Chile, con epicentro en la región del Bío Bío, a 500 kilómetros de Santiago.
El terremoto ha causado hasta ahora 214 muertos, se han derrumbado decenas de casas y según emisoras de radio el sismo ha dejado cerca de un millón de damnificados. EFE