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Competencia lingüística en Inglés

Hay quienes lo llaman “el A-04”, o “El curso para rendir el 04” y hasta “el curso de OACI”. Se lo llame como se lo llame, antes que nada hay que decir que no se trata de un curso de aprendizaje de inglés, sino de uno que requiere para empezar, un nivel al menos intermedio de dominio de esa lengua.
El objetivo primordial del estudio es la comprensión-expresión oral del piloto o controlador aéreo como elemento clave de la seguridad operacional o, como la definió yo, salvedad. Contrario a una creencia que parece haberse instalado, el examen de inglés de OACI no consiste primordialmente de fraseología aeronáutica. En la realidad, la fraseología esencial para las operaciones de rutina, da paso al inglés simple cuando la operación se aparta de la rutina.
Además, un piloto no va a hablar en inglés solamente en el cockpit o con el personal de operaciones o del aeropuerto, por no decir nada de los pasajeros. Deberá ocuparse de un sinnúmero de situaciones para las cuales no hay una terminología única, tales como cuestiones de salud, seguridad personal, incidentes a bordo, emergencias técnicas, y otras.
Por lo tanto, en la  mayor parte del examen de OACI la fraseología queda a un lado. Lo mejor, lo deseable -y no tan difícil de alcanzar con las herramientas didácticas de hoy día- es que al alumno le resulte fácil pasar del castellano al inglés y, que una vez en éste, lo sienta como otra lengua propia.
Es por ello que, si quien desea iniciar el curso no arranca con un buen nivel intermedio —tanto mejor aún si es avanzado— de inglés, el curso se le va a hacer pesado. Si ello sucede, se hace difícil establecer cuánto tiempo le llevaría estar en condiciones de presentarse a examen.
A quienes quieran hacer el curso, pero sientan que aún les falta esa habilidad lingüística de la que hablo, me permito sugerirles que en primer término implementen una estrategia de menor costo y de gran disponibilidad en el mercado: Un curso de conversación dinámico y ameno, que haga que conversar en inglés les cueste cada vez menos. Recién cuando lleguen a ese punto tendrá sentido emprender el curso específico de inglés para el examen de OACI (salvo urgencia).
Respecto de los textos a emplear, el manual probablemente más empleado hoy día sea Aviation English (Macmillan). No obstante, quien tenga el English for Aviation (Oxford) y lo siga muy al dedillo también tendrá buenas perspectivas de salir airoso. En cualquiera de los casos, es aconsejable condimentar con el AirSpeak (Pearson-Longman), pero atención: Al igual que el dulce de leche, se recomienda usar con cierta moderación. Es un libro ameno, pero las repeticiones de los ejercicios pueden extenderse un poco mucho. Además, siendo excelente en lo suyo, no contiene muchos elementos de situaciones de la vida diaria de la aviación que sí contienen los otros dos manuales citados.
En años recientes llegó al mercado un manual excelente, aparentemente el mejor: FlightPath (Cambridge), aunque quizá sea solo para quienes demuestren un muy buen dominio del inglés. Estará en el profesor, además, aprovechar las oportunidades continuas que las noticias del mundo de la aviación y herramientas tales como la Internet le brindan para avivar el interés de los alumnos en utilizar el inglés para “vivir” la aviación.
¿Cuánto dura el curso? La respuesta no es sencilla. Esto es como el trekking: La caravana deberá ir al paso del miembro más lento, aunque esto valga solo para algunos alumnos. Puede programarse un curso de tres meses, pero si el nivel de ingreso no fue el adecuado, a poco de comenzar a rodar se verá que no todos pueden seguir el ritmo deseado. Están, además, los objetivos de los alumnos: Algunos solo buscan contar con un renglón más en sus licencias. Otros buscan verdaderamente saber más.
Los parámetros o descriptores en los cuales los examinadores se fijarán en el examen OACI son los siguientes: Pronunciación, Estructura gramatical, Vocabulario, Fluidez en la expresión, Comprensión e Interacción. En todos los casos se asumen niveles de error típicos de quienes no tienen al inglés como lengua materna, si bien hay “premios” para quienes obtengan los mejores resultados: Quienes demuestren la mayor habilidad podrán obtener una calificación A-06 (Nivel Experto), que no necesitarán renovar. Aquellos que queden un poco por debajo de ese nivel podrán obtener un A-05 (Nivel Extendido), renovable a los seis años. Por último, la famosa calificación A-04, el mínimo aceptado por OACI como Nivel Operacional, deberán renovarlo a los tres años.
Consejos prácticos para mejorar su comprensión oral del idioma inglés
Si dispone de TV digital, sintonice estaciones internacionales de radio y televisión, de primer nivel en sus locuciones, como ser
  • http://www.bbc.com/,
  • HTTP://www.cnn.com/,
  • http://www.aljazeera.com/,
  • http://www.abc.net.au;
  • http://www.lbc.co.uk/;
  • servicio en inglés de la TV alemana http://www.dw.de/;
  • de la radio y televisión francesa http://www.english.rfi.fr/ u otras, aun cuando no tenga tiempo para prestarles atención, por ejemplo cuando realiza una tarea demandante. Si puede hacerlo horas enteras, mejor. Reproducirá, de alguna manera, el entorno hogareño o de oficina en el que se encontraría si viviera en algún país de habla inglesa.
Esto irá mejorando día a día su comprensión de los sonidos y las voces del idioma inglesas típicas de distintas partes del planeta. Si puede prestar atención (mucha atención) a lo que escucha, avanzará varios casilleros de forma rápida. Si el primer día entiende una sola palabra y al segundo día dos palabras, no abandone, porque va bien.
Piense qué cantantes, de la lista de sus favoritos que cantan en inglés, le ofrece la mejor dicción. Ponga su música varias veces al día y, al menos un par de veces, cante con ella, respetando los tiempos y las terminaciones de las palabras al dedillo. Cuanto más imite la dicción del artista, mejor será para usted. (Nota: Regule el volumen de su voz de acuerdo al entorno…)
Trate de recuperar el material con el que estudió inglés por última vez y repase todo lo que pueda, poniendo el mayor énfasis en las conversaciones.
Busque en los quioscos de diarios o en las librerías fascículos de revistas tales como SpeakUp! —ejemplo uno por mes— y haga los ejercicios que figuran allí.
Trate de verbalizar en inglés y para usted mismo sus situaciones cotidianas —siempre que la privacidad y el entorno se lo permitan— de manera de tenerlo presente a toda hora. Casi sin darse cuenta, llegará a ser bilingüe.
Piense en una segunda lengua como una actuación teatral. De alguna manera nos ponemos un traje ajeno y somos quienes no éramos al nacer; por lo tanto, anímese a adoptar una tonada, un acento distinto al que oía en la cuna. Lo mismo pasó con nuestros antepasados inmigrantes que no venían con el castellano aprendido, sin embargo, salieron adelante y ayudaron a forjar un país pujante. De ellos aprendimos que la necesidad es la madre del ingenio. Esto vale también a la hora de comunicarse en una lengua extranjera.
Recuerde: Conviene más ir corrigiendo errores de expresión que tratar de revertir el mutismo originado por la autocensura lingüística. Deje las expectativas de purismo para los estudiosos del idioma, aceptando ciertos márgenes de error que son lógicos en las formas expresivas de toda persona en su propia lengua, más aún en una lengua extranjera. Si considera que su capacidad para comunicarse en inglés va a ser siempre limitada (le apuesto a que se equivoca), haga todo lo posible para alcanzar un A-04 con el compromiso de no dejar de practicar su segundo idioma.
¡Practique y después hablamos!
Javier