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Cómo Tomar Decisiones como Piloto: Una Guía Práctica

Volar es una actividad dinámica, que a veces requiere decisiones rápidas para garantizar un vuelo seguro y exitoso.  Los pilotos deben estar atentos y preparados y tomar medidas para contrarrestar los peligros en las situaciones inesperadas. 
La mayoría de las veces, el entrenamiento hará que se eviten errores en las decisiones y acciones. Sin embargo, circunstancias inesperadas como la aparición repentina de mala meteorología, un mal funcionamiento de la aeronave, requerirán decisiones no rutinarias.  Circunstancias como limitaciones de tiempo y niveles de fatiga también pueden afectar la toma de decisiones.

Decisiones

Nos enfrentamos con toma de decisiones todos los días. Como nos vamos a vestir, qué calles o autopista tomaremos para ir al trabajo, qué compramos, qué comemos. La medida en que las consideraciones de seguridad entran en nuestra toma de decisiones depende de la situación.
 
En un entorno relativamente benigno como el de un negocio pequeño la gente busca productos, compara precios y decide el estilo y el color. En un restaurante, los clientes leen el menú y eligen entre una multitud de opciones. Es poco probable que estas opciones terminen mal, aunque la comida sea horrible. La situación es muy distinta en un entorno crítico para la seguridad, la decisión incorrecta y la acción posterior podrían matarte.
 
Un piloto puede verse en la necesidad de decidir si continuar un vuelo con una deficiencia conocida, o en condiciones meteorológicas adversas o continuar con una aproximación desestabilizada a un aeródromo. El siguiente ejemplo ilustra cómo las decisiones o la planificación inadecuadas pueden conducir a un accidente.
Un piloto había organizado un vuelo para transportar a tres pasajeros al aeródromo donde los iban a estar esperando para tomar otro vuelo. Los pasajeros tenían menos de 15 minutos para hacer la conexión. Después de un despegue normal, testigos dijeron que vieron como el avión gira bruscamente a la derecha a altura de 250 pies. El avión fue visto por última vez descendiendo hacia el suelo con un ladeo de 45° con la nariz hacia abajo. Los cuatro ocupantes murieron en el impacto posterior. 
El comportamiento de la aeronave en los momentos anteriores al impacto fue consistente con una pérdida de sustentación que condujo a la pérdida de control posterior. La investigación considero que el piloto estaba muy apurado por despegar y no había ascendido a una altura segura antes de realizar el viraje a favor del viento en condiciones de viento turbulento. El piloto no había mantenido suficiente velocidad para continuar el vuelo en las circunstancias en que se desarrolló, entrando en pérdida de sustentación a baja altura.
Es demasiado simplista pensar que las buenas decisiones son solo aquellas que producen buenos resultados y que las malas decisiones solo producen resultados negativos. Existe una gran diferencia entre decidir qué hacer en un entorno controlado, de bajo riesgo y sin amenazas a la vista, y tomar decisiones en un entorno operativo donde hay poco margen de error y el tiempo es limitado.
 
Con demasiada frecuencia, se evalúan (con el beneficio de la retrospectiva) si una decisión fue buena o mala en función de la consecuencia: si todo salió bien, otros concluyen que fue una buena decisión. Sin embargo, si se equivoca, (con el beneficio del diario del día después) y el conocimiento de las circunstancias (que el piloto probablemente no tenía en ese momento), se critica rápidamente las decisiones tomadas y las acciones en consecuencia.
 
En pocas palabras, la toma de decisiones es el acto de elegir entre alternativas en condiciones de incertidumbre. Consideramos las circunstancias y llegamos a un juicio, o elegimos una opción o acción dependiendo de la situación. Parece fácil, pero en un entorno operativo, no estamos hablando de una decisión en la que podemos considerar los pros y los contras en nuestro tiempo libre, sino con el avión en vuelo.
La naturaleza misma del vuelo y el entorno operativo hace que estemos sujetos a un ciclo continuo de monitoreo y reevaluación de la situación. Es posible que se tenga que tomar decisiones dentro de un período de tiempo ajustado; justo cuando creemos que nos hemos decidido por un curso de acción, las circunstancias cambiantes pueden requerir que lo revisemos y lo cambiemos.
A veces no hay una decisión correcta, sino muchas decisiones con resultados diferentes. Es nuestro trabajo gestionar adecuadamente nuestros recursos cognitivos para tomar la mejor decisión en las circunstancias que se presentan. El conocimiento de todas las condiciones relevantes es importante para una buena toma de decisiones.  Si perdemos información o no entendemos su relevancia e importancia, podemos terminar tomando una decisión inapropiada. Una decisión exitosa no es necesariamente la decisión óptima o más racional.  Es la decisión que el piloto entiende y sabe cómo aplicar efectivamente en el contexto de la situación presente.
 
En aviación, la toma de decisiones está involucrada en cada acción que un piloto realiza antes y durante un vuelo, incluidas las actividades previas y la decisión de «to be or not to be» aquí la aplicaremos como «salgo o no salgo«. Ser o no ser es la primera línea de un soliloquio de la obra de William Shakespeare, Hamlet, en el acto tercero, escena primera y es considerada y usada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda.  Esperando que nuestro vuelo tenga, obviamente, otro final muy distinto al que Shakespeare pensó para Hamlet dónde mueren casi todos (Hamlet, Claudio, el Rey, Gertrudis, la Reina, Laertes, Polonio, Ofelia, Rosencrantz y Guildenstern) y queda apenas el pobre Horacio para contarlo. 
Con suerte, cada decisión asegurará un vuelo seguro y sin incidentes, teniendo siempre presente que las las consecuencias sobre la seguridad del vuelo de algunas malas decisiones pueden ser irreversibles: Por ejemplo, un piloto que pierde el control en final con viento cruzado y toma la decisión, igualmente, de intentar el aterrizaje y no realizar un escape para lograr una aproximación estabilizada.
Un piloto que no tiene capacitación sobre vuelo por instrumentos continúa con un vuelo con meteorología marginal y termina volando en condiciones meteorológicas de instrumentos (IMC). Decide, primero, proseguir el vuelo y en segundo lugar no buscar una alternativa adecuada cuando la degradación de la meteorología indica que las condiciones VMC no se pueden mantener. La desorientación espacial es el gran peligro, y puede suceder mucho más rápido de lo que se piensa: son solo 178 segundos en promedio.
 
La clave para cualquier piloto es monitorear constantemente y pensar unos minutos mas allá de la situación actual, manteniendo un alto nivel de conciencia situacional. Para tomar decisiones, debemos ser conscientes de todas las condiciones, considerar las opciones apropiadas y ser capaces de hacer una evaluación sólida, a menudo con limitaciones de tiempo y situaciones estresantes.
El conocimiento de todas las condiciones relevantes es importante para una buena toma de decisiones. 

El proceso de toma de decisiónes

Las habilidades para la toma de decisiones son cruciales para que le permita a un piloto tomar las decisiones correctas (y de hecho, corregibles) de manera oportuna.
 
El plazo para tomar decisiones puede variar, pero el proceso de información básica será el mismo.
Los componentes clave incluyen:
  • Obtener información
  • Convertir la información en real, confirmada.
  • Generar opciones
  • Analizar las opciones
  • Decidir
  • Revisión de las decisiones/acciones.
Aprender cuando las cosas salieron bien es invaluable para ayudar a otros a comprender lo que sucedió y obtener información sobre la resolución de problemas y la toma de decisiones.
 
Históricamente, el término «error piloto» se ha utilizado para describir las causas de estos accidentes. El error del piloto significa que una acción o decisión tomada por el piloto fue la causa o el factor que contribuyó al accidente. Desde una perspectiva más amplia, generalmente no se trata de una sola decisión que conduce a un accidente, sino de una cadena de eventos provocados por una serie de factores.
La sucesión de malas decisiones, o la cadena de error, describe este concepto de factores contribuyentes en un accidente relacionado con factores humanos. Romper un eslabón en la cadena es todo lo que generalmente se necesita para cambiar el resultado de la secuencia de eventos. 
La toma de decisiones está condicionada por la conciencia situacional. Como la toma de decisiones es un proceso cognitivo, y depende de la información que ingresa al cerebro a través de nuestros sentidos, será el resultado de la interpretación que nuestro cerebro haga de la información que obtenga. Para tomar decisiones y transformarlas en acciones, reunimos, evaluamos y priorizamos la información que le llega al cerebro a través de nuestros cinco sentidos: visión, oído, tacto, gusto y olfato. El sistema vestibular, en gran parte responsable de nuestro sentido de equilibrio y orientación espacial, también es muy importante. Tengamos también presente que podemos ser engañados por estos sentidos. Como pilotos, es vital que reconozcamos las situaciones y las abordemos antes de que nos pongan en problemas. 

Tips claves

Volar: El modelo volar-navegar-comunicar existe por lecciones aprendidas durante más de cien años de actividad aérea. La primera y prioridad siempre debe ser mantener el control de la aeronave. Sin embargo, muchos pilotos lo han perdido como resultado de priorizar otras cuestiones, llamadas de radio, lectura de mapas, indicadores de cabina u otras tareas no críticas.
 
Las distracciones pueden ser mortales. Alejarte de lo que puede ser un riesgo innecesario, ya sea en tu ruta de vuelo, una tarea aparentemente trivial, etc.
 
No asumir riesgos innecesarios: El riesgo innecesario es todo aquel riesgo que tomamos y que no conlleva un rendimiento proporcional en términos de beneficios u oportunidades. Todo implica riesgo. Las opciones más lógicas para realizar un vuelo son aquellas que cumplen todos los requisitos con el mínimo riesgo aceptable. El corolario de este axioma es, únicamente, «aceptar el riesgo necesario» requerido para completar el vuelo o la tarea con éxito. 
Es imposible volar sin asumir ningún riesgo, pero el riesgo innecesario viene sin un retorno correspondiente.
 
La complacencia mata. Te sentías cómodo y confiado para el vuelo, progresando en tu instrucción y sentía que tenías todo bajo control. La aviación siempre puede arrojarte sorpresas, así que nunca esperes un vuelo estándar: la confianza genera complacencia, lo cual es peligroso. Adopta una actitud de aprendizaje toda la vida al complementar ese conocimiento con información y capacitación adicionales.
Confía en tu entrenamiento y tus habilidades y siempre tener en claro tus límites.
 
«Al volar, he aprendido que el descuido y el exceso de confianza suelen ser mucho más peligrosos que los riesgos deliberadamente aceptados». —Wilbur Wright, septiembre de 1900
 
Paz y bien
Hasta la próxima
Roberto Gómez
rjg@flap152.com

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