Siempre que un piloto se sienta en una cabina de vuelo, debería preguntarse si es completamente capaz de tomar las decisiones correctas durante el vuelo que va a realizar y tomar las medidas necesarias en caso de una emergencia.
La toma de decisiones, el paso final en el proceso cognitivo, es un factor contribuyente en el 30 al 40 por ciento de todos los accidentes aéreos comerciales y de aviación general (Shappell, S.A.; Wiegmann, D.A. Human Error and General Aviation Accidents: A Comprehensive Fine- Grained Analysis Using HFACS. 2005.)
Cualquier factor físico, fisiológico o emocional que degrade alguna parte del proceso cognitivo, en última instancia, degradará las habilidades para tomar decisiones. Cuando se consideran en el contexto de su efecto sobre la función cognitiva en el entorno de vuelo, estos factores a menudo se denominan «factores estresantes».
El término «factor de estrés» se deriva de «estrés», un concepto identificado por primera vez a principios del siglo XX por el endocrinólogo austriaco Hans Selye. El amigo Hans identificó lo que creía que era un patrón constante de reacciones cuerpo-mente que llamó «la respuesta inespecífica del cuerpo a cualquier demanda». Más tarde se refirió a este patrón como la «tasa de desgaste del cuerpo».
La definición de estrés es necesariamente amplia: el estrés es una respuesta física, psicológica y fisiológica normal e inespecífica del cuerpo a cualquier demanda que se le imponga.
El estrés prolongado puede afectar la cognición, el proceso de percepción, atención, memoria, conocimiento, resolución de problemas y toma de decisiones, al igual que afecta las emociones y el comportamiento.
Este es un problema grave para los pilotos, porque los problemas de juicio, atención o concentración presentan un gran riesgo para la aeronave y los pasajeros. Por ejemplo, en condiciones de mucho estrés, existe una tendencia a simplificar demasiado la resolución de problemas y la toma de decisiones, a ignorar información importante y relevante, para «tomar el camino más fácil». Muchas personas en condiciones de alto nivel de estrés tienden a olvidar los procedimientos y habilidades aprendidos y vuelven a viejos hábitos que pueden no ser apropiados. Por ejemplo, aplican las técnicas y los conocimientos adquiridos durante la formación previa en otros tipos de aeronaves.
Las neuronas, como mecanismos darwinianamente eficientes, han de transmitir información al mínimo costo energético posible. Por ejemplo: La multitarea y asignaciones alternas, no son eficientes para el funcionamiento cerebral. En “Modo multi” (hacer varias cosas al mismo tiempo, (en realidad nos engañamos y creemos que hacemos cosas al mismo tiempo)), el cerebro percibe estrés y hace que utilicemos nuestros recursos de supervivencia al máximo. El cerebro olvida a propósito para ahorrar energía. La actividad neuronal encargada de memorizar información resulta un gasto energético adicional, por lo que el cerebro olvida de manera intencionada, aunque sea temporalmente.
Otro error cognitivo relacionado con el estrés es el túnel perceptivo, en el que un piloto o toda una tripulación aérea bajo mucho estrés se concentra en un estímulo, como una señal de advertencia, y no presta atención a otras tareas o información importantes. El túnel de percepción fue el centro del accidente del 29 de diciembre de 1972 de un Lockheed L-1011 de Eastern Air Lines en los Everglades de Florida.
La tripulación de vuelo compuesta por tres miembros realizó una aproximación frustrada porque no tenían indicios de que el tren de aterrizaje de nariz se había extendido. Se concentraron tanto en identificar el problema del tren de aterrizaje hasta segundos antes del accidente en que notaron que el avión ya no estaba en vuelo nivelado a 2000 pies.
NTSB – Causa probable:
CAUSA PROBABLE: «La falla de la tripulación para monitorear los instrumentos de vuelo durante los últimos 4 minutos de vuelo, y para detectar un descenso inesperado lo suficientemente pronto como para evitar el impacto con el suelo. Preocupación por un mal funcionamiento del sistema de indicación de posición del tren de aterrizaje de nariz distrajo la atención de la tripulación de los instrumentos y permitió que el descenso pasara desapercibido «.
Además de afectar la memoria, el juicio y la atención, el estrés también puede disminuir la coordinación ojo-mano y el control muscular. Es importante controlar el estrés identificando y manejando los posibles factores estresantes. Los factores estresantes a menudo se clasifican como externos o internos.
Los estresores externos se originan fuera del individuo y pueden dividirse en subcategorías ambientales y psicosociales:
Clasificación de estresores |
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Medioambientales |
Psicosociales |
Fisiológico |
Cognitivo |
® Calor o frío |
® Conflictos |
® Mala dieta |
® Falta de |
® Alto nivel de |
® Falta de control |
® Tabaco |
® Sobrecarga de |
® Vibración |
® Conflicto |
® Fatiga muscular |
® Fatiga mental |
® Efectos de la |
® Enfermedad |
® La privación del |
® Temor |
® Espacio lleno de |
® Expectativas |
® Alcohol |
® Sensación de |
® Contaminación |
® Problemas |
® Alta presión |
® Aburrimiento |
® Malas |
® Soledad |
® Medicamentos recetados |
® Gran carga de |
® Humedad extrema |
® Baja autoestima |
® Cafeína |
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® Sensación de |
® Disminución de |
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® Baja |
® Pérdida de la |
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® Tiempo de vuelo |
® Enfermedades |
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® Conflictos |
® Hambre. |
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® |
En la aviación, ejemplos de factores medioambientales estresantes son las condiciones de vuelo adversas, temperaturas extremas en la cabina, deslumbramiento o iluminación insuficiente, altos niveles de ruido y efectos de altitud.
Los estresores psicosociales se relacionan con eventos o condiciones que están vinculados a las características, posiciones y roles sociales individuales, familiares, e incluyen conflicto en el lugar de trabajo, un sentimiento de falta de apoyo por parte de los compañeros de trabajo y factores estresantes relacionados con la familia, como conflictos conyugales, problemas con los hijos, y enfermedad o muerte de un familiar.
Los factores de estrés internos se originan dentro del individuo y, por lo general, se considera que están bajo el control del individuo. Pueden dividirse en subcategorías fisiológicas y cognitivas.
Los factores de estrés fisiológico incluyen una mala alimentación, fumar, la fatiga muscular, la falta de sueño, el consumo de alcohol y la pérdida auditiva.
Los factores estresantes cognitivos incluyen el aburrimiento (vuelos en ruta largos), un gran carga de trabajo, la sobrecarga de información, la falta de información y emociones como el miedo y la desesperanza.
Algunos de estos factores estresantes han sido reconocidos durante mucho tiempo por sus efectos degradantes sobre la función cognitiva y, por lo tanto, sobre la capacidad de tomar decisiones.
En el pasado, la fatiga se abordaba casi exclusivamente con regulaciones que limitaban el número de horas trabajadas en un período determinado. Sin embargo, en los últimos años, los especialistas han comenzado a reconocer otros contribuyentes igualmente importantes a la fatiga, como el tiempo de sueño inadecuado, la mala calidad del sueño, la interrupción de los ritmos circadianos, las horas de trabajo irregulares y los efectos del tiempo de viaje.
La fatiga suele provocar un aumento del tiempo de reacción, una disminución de la precisión y una reducción de la atención. Los pilotos fatigados pueden mostrar una tendencia a pasar por alto o perder elementos de tareas secuenciales, como omitir elementos en una lista de verificación, o estar tan preocupados con una sola tarea que descuidan tareas más críticas, como vimos en el caso del Lockheed L-1011 de Eastern Air Lines.
La fatiga también afecta la memoria. Aunque la memoria a largo plazo se conserva razonablemente bien en presencia de fatiga, la memoria a corto plazo y la capacidad de procesamiento cognitivo se reducen considerablemente. La comunicación también se ve afectada por la fatiga; el habla puede volverse menos clara y los pilotos fatigados pueden ser propensos a malinterpretar los mensajes. La fatiga invariablemente degrada la capacidad de tomar decisiones, lo que a veces da como resultado respuestas incorrectas a situaciones de emergencia.
Estresores ocultos
Una serie de otros factores, a menudo mal entendidos o ignorados, tienen efectos más sutiles sobre el rendimiento cognitivo. Estos factores incluyen nutrición y actividad física inadecuada; uso de medicamentos recetados y de venta libre; deshidración; el fumar; exposición al calor y al frío; ruido; y vibración. Como resultado de su exposición a estos factores, los pilotos pueden no estar en su mejor momento mientras vuelan. En consecuencia, en una emergencia, es posible que no puedan responder con el tiempo de reacción necesario, la coordinación ojo-mano, las habilidades de comunicación o la capacidad de tomar decisiones.
La mala nutrición y la falta de actividad física son estresores y hacen que sea más difícil lidiar con otras tensiones. Una dieta adecuada proporciona al cuerpo las vitaminas y minerales esenciales y ayuda a mantener la función cognitiva. En otra oportunidad hablaremos sobre la alimentación que necesita nuestro cerebro para un mejor funcionamiento.
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