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Modelos Mentales: navegando la complejidad.

En el ámbito de la aviación, la seguridad operacional depende en gran medida de la precisión y flexibilidad de los modelos mentales que los profesionales desarrollan y utilizan en su día a día. Todos llevamos en nuestra mente una representación simplificada del mundo, conocida como modelos mentales, que nos ayudan a comprender la complejidad, prever situaciones y tomar decisiones de manera eficiente.

¿Qué son los modelos mentales?

Son representaciones internas, cognitivas y dinámicas que construimos para comprender, razonar y predecir el comportamiento de sistemas, situaciones o conceptos en el mundo real. Estas representaciones no son copias exactas de la realidad, sino estructuras simplificadas que se basan en nuestras experiencias, conocimientos previos y creencias. Estas herramientas cognitivas nos permiten interpretar información, anticipar resultados y actuar con mayor eficacia en entornos complejos.

Los modelos mentales poseen las siguientes características principales:

  • Constructivos: Se forman a partir de información sensorial y cognitiva.
  • Adaptativos: Evolucionan con nueva información o experiencias.
  • Contextuales: Su forma y uso dependen del entorno y de las metas que persiga la persona.
  • Simplificación: Los modelos mentales reducen la complejidad del mundo a algo manejable para la mente humana.
  • Uso predictivo: Permiten anticipar resultados y guiar acciones futuras.
  • Flexibilidad: Son modificables o incluso reemplazables cuando fallan en explicar o predecir fenómenos.
  • Interactividad: Moldean cómo percibimos y actuamos, generando ciclos de retroalimentación con el entorno.
  • Impacto crítico: Modelos inadecuados o desactualizados pueden llevar a resultados inesperados, especialmente en entornos de alta exigencia como la aviación, donde las consecuencias pueden ser graves.
 
El impacto de los modelos mentales incorrectos

En un entorno tan crítico, operar con modelos mentales incorrectos puede resultar desastroso. Un piloto, por ejemplo, depende de un modelo mental robusto para interpretar los instrumentos de vuelo y responder a cambios en el entorno. Del mismo modo, un técnico de mantenimiento se apoya en su modelo mental para diagnosticar problemas y prevenir fallos. Si estos modelos se basan en suposiciones incorrectas, están desactualizados o influenciados por información imprecisa, aumenta significativamente el riesgo de una toma de decisiones incorrecta.

Kahneman y los Modelos Mentales

El psicólogo y premio Nobel Daniel Kahneman ha explorado exhaustivamente cómo los modelos mentales erróneos, a menudo moldeados por sesgos cognitivos, afectan la toma de decisiones. En su libro «Pensar rápido, pensar despacio» (2011), describe cómo las personas utilizamos atajos mentales o heurísticas, que si bien son útiles en muchos casos, pueden conducir a errores sistemáticos en el juicio.

Entre las heurísticas que Kahneman analiza destacan:

    • Heurística de representatividad: Evaluamos la probabilidad de un evento basándonos en su similitud con una categoría prototípica, ignorando frecuentemente la probabilidad base. Este sesgo puede ser peligroso en situaciones operativas, donde confiar únicamente en patrones familiares puede ser engañoso.
    • Heurística de disponibilidad: Estimamos la probabilidad de eventos basándonos en la facilidad con que los recordamos. Esto puede llevarnos a sobreestimar la frecuencia de eventos dramáticos o recientes simplemente porque están más presentes en nuestra memoria.

Origen y Evolución de los Modelos Mentales

Los modelos mentales, esenciales en la toma de decisiones, se forman a partir de diversas fuentes y se enfrentan a retos significativos al intentar representar la realidad compleja de los sistemas, particularmente en nuestra industria. Su precisión y flexibilidad determinan, en gran medida, la efectividad operativa y la seguridad en entornos dinámicos.

Fuentes de los modelos mentales

      • Experiencia personal: La exposición directa a situaciones reales, como aterrizajes en condiciones adversas o resolución de emergencias, contribuye a desarrollar y ajustar modelos mentales específicos. Estas experiencias prácticas son fundamentales para refinar la percepción y respuesta ante escenarios complejos.
      • Entrenamiento Formal: Los programas de formación estructurados inculcan modelos basados en normas, procedimientos estandarizados y mejores prácticas. Este tipo de formación busca proporcionar un marco uniforme y confiable para interpretar y actuar en diferentes situaciones.
      • Compañeros de trabajo: La interacción con colegas y la transferencia de conocimientos enriquecen los modelos mentales. Sin embargo, esta influencia también puede introducir distorsiones si las experiencias compartidas incluyen prácticas erróneas o sesgos individuales.
      • Cultura organizacional: Los valores, prioridades y sesgos inherentes a la organización moldean los modelos mentales. Por ejemplo, una cultura que prioriza la eficiencia sobre la seguridad puede predisponer a los profesionales a tomar decisiones que ignoren ciertos riesgos.

Los Modelos Mentales como simplificaciones del mundo real: Aunque son útiles, los modelos mentales simplifican inherentemente la realidad, lo que puede generar desconexiones críticas con los sistemas que representan.

Desafíos en la Representación de Sistemas Reales: Falta de Comprensión de la Dinámica del Sistema.

Los modelos mentales rara vez reflejan con precisión las complejidades de los sistemas reales, como:

      • Retrasos: El tiempo que transcurre entre una acción y su efecto no siempre es evidente o comprendido.
      • Retroalimentación: Las acciones generan efectos que influyen nuevamente en el sistema, creando ciclos que pueden ser difíciles de prever.
      • Estructura No Lineal: Cambios pequeños pueden generar impactos desproporcionados, y esta relación no siempre es intuitiva.

Resultados No Deseados

Una interpretación inadecuada de estos aspectos puede llevar a:

      • Políticas mal diseñadas.
      • Soluciones de corto plazo que empeoran el problema original.
      • Efectos secundarios adversos que aumentan la complejidad del sistema.

La importancia del pensamiento sistémico

El pensamiento sistémico es una herramienta esencial para abordar las limitaciones de los modelos mentales. Proporciona un marco para visualizar cómo interactúan las partes de un sistema.

Refinamiento de Modelos Mentales: Visualizar las interacciones entre los elementos del sistema ayuda a reducir sesgos y errores, promoviendo decisiones más informadas.

Prevención de Errores Sistémicos: Un enfoque sistémico minimiza la probabilidad de soluciones parciales y fomenta un entendimiento más holístico de los problemas.

Herramientas de Pensamiento Sistémico para el Reajuste de Modelos Mentales
El pensamiento sistémico ofrece un marco para superar las limitaciones inherentes al reajuste incremental. Al considerar las interrelaciones, retroalimentaciones y dinámicas complejas de un sistema, estas herramientas permiten:

      • Analizar problemas de manera integral: Identificando cómo los componentes del sistema interactúan para generar resultados.
      • Explorar escenarios mediante simulaciones: Mapas de sistemas o diagramas causales ayudan a visualizar cómo los modelos mentales influyen en los resultados y cómo pueden ser refinados.

Promover una reevaluación profunda a través del pensamiento sistémico es clave para mejorar la resolución de problemas y fortalecer la toma de decisiones, tanto a nivel personal como organizacional.

Implementación del Pensamiento Sistémico en la Seguridad Operacional
El pensamiento sistémico es una herramienta poderosa para actualizar modelos mentales y mejorar la seguridad operacional. Este enfoque permite abordar los problemas desde una perspectiva integral, fomentando intervenciones más efectivas y adaptativas.

Reconocer y Mapear las Interdependencias del Sistema

      • Identificar los elementos clave: Personas, procedimientos, tecnología, infraestructura y entorno operativo son los pilares de cualquier sistema en aviación.
      • Visualizar las interrelaciones: Diagramas causales o bucles de retroalimentación ayudan a mapear cómo las acciones en una parte del sistema afectan a otras.

Beneficios:

      • Identificación de riesgos ocultos: Permite descubrir problemas sistémicos que pasan desapercibidos en análisis aislados.
      • Intervenciones efectivas: Prioriza acciones que maximizan el impacto en la seguridad operacional.
      • Adaptación proactiva: Facilita la anticipación de problemas al comprender cómo interactúan las partes del sistema.

Peligro de los modelos mentales fallidos

Cuando los modelos mentales no se ajustan adecuadamente a la realidad, pueden surgir consecuencias negativas, especialmente en entornos críticos.

Reajuste del Modelo Mental
El reajuste de un modelo mental implica un fenómeno cognitivo donde las personas no actualizan completamente sus creencias frente a nueva evidencia. En lugar de reevaluar profundamente sus supuestos iniciales, suelen realizar ajustes superficiales que perpetúan errores.

Resistencia a Reevaluar la Evidencia Pasada
Sesgo de Confirmación: Las personas dan mayor peso a la información que confirma sus creencias previas, ignorando o minimizando datos contradictorios.

      • Anclaje Inicial: El modelo mental original actúa como un punto de referencia, limitando los ajustes a desviaciones incrementales en lugar de cambios fundamentales. Este sesgo es tan fuerte que, incluso ante evidencia que contradice el modelo, las personas persisten en sus creencias hasta qué eventos extraordinarios obligan a un replanteo.
      • Ajuste Superficial con la Nueva Información: Las personas tienden a integrar la nueva información de manera que «encaje» con el modelo mental existente, incluso a costa de distorsionar los datos o ignorar aspectos relevantes. Esto lleva a soluciones parciales que no abordan completamente los problemas.

Falta de Reconsideración de Acciones Anteriores

      • Racionalización Retrospectiva: Las decisiones pasadas suelen justificarse en el contexto del modelo mental vigente, en lugar de ser cuestionadas.
      • Costo Cognitivo: Reevaluar toda la evidencia requiere un esfuerzo significativo, lo que desincentiva esta práctica.

Perspectiva Neurocientífica: El Reajuste del Modelo Mental y la Seguridad Operacional

Desde la neurociencia, los modelos mentales encuentran su base en los principios de funcionamiento del cerebro humano, que opera con un marcado interés por la eficiencia energética. Este principio favorece ajustes incrementales de las estructuras cognitivas existentes, evitando reconstrucciones completas que demandarían un alto costo cognitivo.

La Neurobiología del Reajuste Cognitivo
El cerebro humano funciona mediante la interacción de dos sistemas principales:

      • Corteza prefrontal: Responsable del razonamiento lógico, el análisis crítico y la toma de decisiones conscientes. Su capacidad para procesar información compleja la convierte en la principal encargada de evaluar y ajustar modelos mentales.
      • Sistema límbico: Prioriza la estabilidad emocional, influyendo en la resistencia al cambio profundo cuando este implica incertidumbre o disonancia cognitiva.

Esta dinámica entre lógica y emoción puede obstaculizar una reevaluación profunda de los modelos mentales, especialmente en entornos críticos, donde el equilibrio entre estabilidad y adaptabilidad es esencial.

Reajuste del Modelo Mental en el Contexto de la Seguridad Operacional
El reajuste de modelos mentales adquiere una dimensión crítica. Esta práctica influye directamente en cómo se comprenden, previenen y gestionan riesgos y eventos críticos. Sin embargo, la tendencia a realizar ajustes superficiales puede limitar la capacidad de las organizaciones para adaptarse a nuevos desafíos y mejorar la seguridad operacional.

Componentes Clave del Reajuste del Modelo Mental

      • Ajuste Superficial con Nueva Evidencia: Incorporación parcial de lecciones aprendidas: Los cambios suelen centrarse en corregir problemas inmediatos, como modificar un procedimiento específico o implementar un entrenamiento puntual, sin abordar las fallas estructurales subyacentes.
      • Falta de análisis sistémico: Los incidentes se abordan como eventos aislados, en lugar de buscar patrones recurrentes o causas profundas.
      • Falta de Reconsideración de Acciones Previas: Racionalización retrospectiva. Decisiones previas, como el diseño de procedimientos o la asignación de recursos, rara vez se cuestionan, ya que se perciben como justificadas en su contexto original.
      • Resistencia al cambio cultural: En culturas organizacionales que valoran la estabilidad, la reevaluación integral de prácticas puede ser desincentivada, perpetuando fallas sistémicas.

Epílogo

En nuestra actividad, donde cada decisión cuenta y puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, los modelos mentales se posicionan como pilares fundamentales de la seguridad operacional. Sin embargo, su utilidad está intrínsecamente ligada a su capacidad para reflejar la realidad de los sistemas y adaptarse a las demandas dinámicas de un entorno tan complejo y exigente.
El desafío no radica únicamente en construir modelos mentales sólidos, sino en mantenerlos vivos, en constante evolución, lo más libre (posible) de las ataduras del sesgo y las limitaciones del pensamiento estático. Como hemos explorado, los sesgos cognitivos, las simplificaciones excesivas y la resistencia al cambio pueden convertir estas valiosas herramientas en trampas que perpetúan errores y amplifican riesgos.
Aquí se revela la importancia del pensamiento sistémico. Este enfoque nos invita a mirar más allá de los síntomas y a bucear en las causas profundas, a visualizar las interdependencias y las dinámicas que configuran el entorno operativo. No se trata solo de ajustar los modelos mentales ante cada nueva evidencia, sino de cuestionar las bases sobre las que se sustentan, fomentando una reevaluación sistemática y colaborativa.
La aviación, como industria, ha demostrado ser un modelo de aprendizaje continuo y resiliencia. Es precisamente esta capacidad de adaptación la que debe inspirar a seguir refinando sus modelos mentales, integrando nuevas perspectivas, herramientas y conocimientos. Así, no solo se mejora la seguridad operacional, sino que también se fortalece la confianza en los sistemas y en las personas que los operan.

Al final, la verdadera fortaleza de un modelo mental no radica en su perfección, sino en su disposición para evolucionar.
Hasta la próxima.
Buenos vuelos.
Roberto J. Gómez.