La formación es un proceso en el que los conocimientos y las habilidades se unen para formar una experiencia que puede ser almacenada como una acción y reacción casi automática. En el proceso de formación, la motivación es crucial porque un alumno piloto muy motivado suele progresar más rápidamente y sin problemas.
Etimológicamente, el término motivación procede del latín motus (motus -us: [m] movimiento), que se relaciona con aquello que moviliza a la persona para ejecutar una actividad. De esta manera, se puede describir como el proceso por el cual el sujeto se plantea un objetivo, utiliza los recursos adecuados y mantiene una determinada conducta, con el propósito de lograr una meta.
No existe una definición adecuada de motivación. La definición clásica de “cualquier proceso que energiza y dirige la conducta” simplemente identifica que hace la motivación (es decir, energiza y dirige la conducta) sin identificar realmente qué es la motivación en si. Dada la definición ambigua de motivación, las teorías existentes se centran sólo en aspectos parciales de la motivación.
Desde las Neurociencias se define cómo:
- Un proceso dinámico con una serie de sub-procesos detallados de generación, mantenimiento y regulación de la motivación.
- Conjunto de procesos cerebrales (cognitivos y emocionales) que determinan, en una situación dada, con qué fuerza actúa una persona y en qué dirección encauza su energía.
Proceso de motivación entre un individuo y su entorno
Los seres humanos actuamos en función de diversos motivos. ¿Cómo podemos clasificar estos motivos? La bibliografía en el tema los agrupa en cuatro tipos:
Extrínsecos: Esta motivación se basa en las recompensas contingentes que el individuo espera recibir del entorno a cambio de una acción realizada. Un ejemplo común, una persona que se queda trabajando hasta tarde para recibir el pago de horas extras. Obedece a situaciones donde la persona se implica en actividades principalmente con fines instrumentales o por motivos externos a la actividad misma, como podría ser obtener una recompensa.
Intrínsecos: Si una persona quisiera conseguir un efecto en sí mismo, como aprendizaje o simplemente satisfacción, decimos que actúa por motivos intrínsecos. Es la motivación caracterizada por un lugar interno de causalidad (origen interno) y un lugar interno de consecuencia (satisfacción propia). Esta motivación se basa en las consecuencias que se espera que tenga la acción en sí misma para el individuo. Se refiere a aquellas situaciones donde la persona realiza actividades por el gusto de hacerlas, independientemente de si obtiene un reconocimiento o no. Se fundamenta en factores internos, como la autodeterminación, la curiosidad, el desafío y el esfuerzo.
Contributivos o altruistas: Es la motivación caracterizada por un lugar interno de causalidad (origen interno) y un lugar externo de consecuencia (hacer algo por otro). Por ejemplo, quien decide quedarse más allá de la hora de salida para explicar a un nuevo compañero conceptos sobre el vuelo, realizar un trabajo comunitario en bien de otros.
Institucionales: La motivación institucional es su disposición a actuar, basada en el cumplimiento de las normas o expectativas institucionales de su organización. Las personas con una alta motivación institucional tienden a realizar actividades que ven como parte de su rol o que ayudan a fortalecer su ajuste con la organización.
Las personas actúan por una combinación de los cuatro tipos de motivos anteriores, asignándole grados distintos de importancia a cada uno dependiendo del individuo. Esta combinación, presentada en una persona y un momento determinado, es lo que se denomina perfil motivacional. Es fundamental tener en cuenta que el perfil motivacional es dinámico: varía con el tiempo y las circunstancias. Hay distintas herramientas para obtener el perfil motivacional de una persona. Por dar un ejemplo, el modelo SCARF (S – status, C – certidumbre, A – autonomía, R – relación y F – equidad (Fairness)).
Las teorías de la motivación intrínseca (la que realiza interiormente cada uno) y el interés indican que las personas están intrínsecamente motivadas para participar de manera persistente en la actividad cuando experimentan placer y disfrute (Csikszentmihalyi, 2000 ; Ryan y Deci, 2000 ; Hidi y Renninger, 2006).
Sin embargo, si “gustar” y “querer” están disociados, la motivación no se genera sintiendo placer o gustando la actividad sin querer o incentivar el prestigio personal. Esto significa que un estado de agrado por una actividad específica no puede entenderse como un estado de motivación y que el agrado, el «me gusta hacerlo» no es un requisito previo para generar motivación. Desde esta perspectiva, gustar se refiere a un estado emocional, mientras que querer tiene más que ver con la motivación y la utilidad de la decisión. Es necesario reconsiderar cuidadosamente el argumento según el cual la actividad debe ser agradable para generar motivación porque el placer y el disfrute pueden no conducir automáticamente a la motivación.
Cerebro y motivación
Es importante para comprender el vínculo entre el cerebro y la motivación, la forma en que el cerebro dirige y energiza el comportamiento. El Núcleo accumbens es el área relacionada con sistemas de recompensas y motivación. También los ganglios de la base van a generar muchos movimientos y percepciones, generan motivación y diferentes tipos de emociones; pero llevarlo y ordenarlo todo «empaquetarlo» en una función que me permita conseguir los objetivos tiene que ver con el lóbulo frontal: sistema frontoestriatal.
La motivación de cada persona viene determinada por los incentivos químicos que todos llevamos dentro y que responden a nuestro deseo de repetir las conductas que nos hacen sentir bien (dopamina) y evitar las que nos causan dolor (cortisol). Nuestra capacidad de perseverar en el esfuerzo se debe a las endorfinas y nuestro talento para concentrarnos en la tarea hasta alcanzar las metas y objetivos propuestos, al poder motivador de la dopamina.
Neuronas espejo (SNE): El principal rol de las neuronas espejo, involucradas intrínsecamente en el constructo conocido como “teoría de la mente”, es la modulación de la interacción social mediante el entendimiento y la predicción de las acciones, emociones, motivaciones, creencias e intenciones de un otro. Las neuronas del individuo «reflejan» el comportamiento del otro, como si el observador estuviera realizando la acción. Algo muy habitual es ver bostezar a otro y nos produce inmediatamente nuestro bostezo.
Motivación en ambientes educativos: escuelas de vuelo – centros de formación
Podemos distinguir tres categorías relevantes para la motivación en ambientes educativos (Pintrich y De Groot):
- La primera se relaciona con un componente de expectativas, que incluye las creencias de los estudiantes sobre su capacidad para ejecutar una tarea;
- La segunda se asocia a un componente de valor, relacionado con sus metas y sus percepciones sobre la importancia e interés de la tarea;
- La tercera, a un componente afectivo, que incluye las consecuencias afectivo-emocionales derivadas de la realización de una tarea, así como de los resultados de éxito o fracaso.
La motivación de un alumno piloto puede verse mermada a lo largo de la formación por muchos factores, como un mal rendimiento en los exámenes o en un vuelo que no salió como esperaba, un aterrizaje en cuotas (rebotando) por citar algunos. La falta de normalización por parte de los instructores, la falta de continuidad en la formación, las malas perspectivas de trabajo al finalizar la formación, las preocupaciones o dificultades financieras durante este período y la falta de seguridad laboral pueden ser factores que quiten motivación al alumno piloto. La motivación interna y el interés intrínseco en las actividades que realiza aumentan cuando tiene posibilidades de elección y oportunidades para tomar la responsabilidad personal de su aprendizaje, establecer sus propias metas, planear cómo alcanzarlas y monitorear su propio progreso. Por otra parte, cuando sus habilidades son altas, pero las actividades no son desafiantes, el resultado es el aburrimiento.
Los alumnos pueden perder la motivación si adoptan una visión a corto plazo del sector y piensan que son los únicos que han experimentado factores que disminuyen la motivación.
Motivación y formación
La parte más importante en la adquisición de conocimientos y habilidades es el proceso de percepción. Sin embargo, nuestro sistema sensorial se apaga automáticamente, todos recordamos del colegio algunos profesores que tenían un efecto letárgico sobre nosotros. Si el tema se presenta de forma aburrida la motivación llega a desaparecer. Por tanto, la motivación es el elemento clave para abrir cualquier proceso de aprendizaje y formación. Para reforzar la motivación, es necesario que el instructor cree una atmósfera en la que se experimente de forma recurrente la curiosidad y el éxito. El hecho de que uno pueda manejar una tarea es una motivación útil, especialmente para las personas competitivas, y también lo es la propia tarea cuando uno puede mejorar sus habilidades. Los formadores pueden influir en este proceso poniendo la barrera más alta o más baja para que sea más difícil o más fácil para los alumnos. Cuando el desafío y los niveles de habilidad son bajos, se experimenta apatía y cuando se enfrenta una tarea desafiante para la que no se cree tener las habilidades necesarias, se experimenta ansiedad.
Una persona debe tener una fuerte motivación interna para convertirse en piloto.
Un estilo de enseñanza atractivo e interactivo, la vinculación clara del tema con las tareas y situaciones cotidianas de los pilotos, la disposición a dar explicaciones adicionales si es necesario, y la retroalimentación constructiva inmediata, positiva y negativa, durante la formación pueden servir como fuertes motivadores. Al mismo tiempo, para algunos de los alumnos, todas estas cosas pueden contribuir a que entiendan que el trabajo del piloto es diferente de lo que esperaban y pueden destruir su motivación para convertirse en piloto. De hecho, también depende de las escuelas ofrecer un programa de formación valioso e interesante para mantener altos los niveles de motivación de los alumnos.
Con malas experiencias de formación (y éstas pueden ser el uso de tecnología anticuada o la repetición de los mismos PPT y vídeos una y otra vez) o una formación que se centra sólo en la teoría y no en los aspectos prácticos, se puede destruir la motivación de alguien muy fácilmente. Pero si se escucha a los alumnos, se sabe qué necesitan, cuáles son sus expectativas, qué retos les esperan y se cuenta con formadores inspiradores y empáticos, se puede desempeñar un papel integral en la motivación de los alumnos.
¿Cómo abordar los problemas de motivación?
A veces una motivación limitada está asociada a factores que no están directamente relacionados con la formación, como los factores organizativos y personales.
La modificación de la organización de la formación y sus métodos, o la provisión de una explicación exhaustiva de por qué se aplican determinadas técnicas y cómo sirven a los objetivos de la formación, puede mejorar la motivación de los alumnos. Si el motivo de la baja motivación se esconde en cuestiones personales que distraen al alumno del aprendizaje, a veces una simple conversación puede resolver o suavizar el problema, ya que sirve de apoyo personal, ayuda a reducir el estrés y tal vez incluso ayude a encontrar una posible solución.
La frustración o la desmotivación también pueden producirse por falta de transparencia o aprecio, o a veces porque el formador o el alumno tienen un mal día, si todos estos factores se juntan, la motivación puede ser muy baja.
Los formadores deben comprender las necesidades y los sentimientos de los alumnos. Ayuda ofrecerles una sonrisa, preguntarles cómo están, preguntarles si el instructor o el grupo pueden hacer algo por el o incluso preguntarles qué quieren hacer en la formación. Hay que ser conscientes de que la persona puede estar frustrada, haber tenido malas experiencias en el pasado o simplemente un mal día. Si la motivación es baja debido a que la noche anterior salió de fiesta o a una frustración general con todo, entonces hay que recordarles amablemente cuál es su papel, por qué es importante el entrenamiento y pedirles que se centren en lo que tienen por delante y participen.
Motivación y actitud
Un individuo viene con un determinado nivel de motivación. Puede perder la motivación o mejorarla, dependiendo de la persona y de su comportamiento en el entorno de la formación, pero nadie puede ser entrenado para adquirirla. La motivación puede alimentarse y desarrollarse en uno mismo y en los demás. Esto significa que es responsabilidad de cada uno es motivarse a sí mismo.
Hay diferentes cosas que nos motivan. Nadie puede estar motivado las 24 horas del día. Pero uno puede intentar estar motivado durante el tiempo de la formación. De hecho, la actitud es un rasgo de carácter o una mentalidad que proviene de la crianza, la educación y las experiencias propias de cada uno. Los instructores pueden mejorar o cambiar la actitud de sus alumnos dándoles un ejemplo de la actitud que hay que tener en el mundo aeronáutico y que esta actitud te puede llevar a jubilarte cuando te llegue la edad o a morir en el intento. Siempre vivir la actitud correcta y requerida como modelo tiene mucho más efecto que decirles a los alumnos pilotos cómo deben ser.
Motivación y rendimiento
La motivación tiene un efecto directo sobre el rendimiento tanto en la formación como en el entorno laboral. Rendimiento = motivación x habilidades, es una forma de relacionar rendimiento y motivación.
Para que el rendimiento se mantenga en su máximo nivel, es necesario que la motivación sea alta y el nivel de habilidades sea máximo. Si falta la motivación en un piloto en las prácticas, los niveles de rendimiento bajarán, a pesar de que el alumno pueda ser un piloto muy hábil. La falta de motivación se reflejará en el rendimiento directamente. A la inversa, un factor de motivación elevado puede no ser suficiente para obtener un rendimiento excelente en caso de un nivel de habilidad deficiente.
La motivación es una fuerza que nos empuja a hacer algo, a alcanzar un objetivo concreto. Muy a menudo, también nos hace dar lo mejor de nosotros mismos: saber más, entender más, hacer las cosas mejor y más rápido. Es notable que las personas altamente motivadas se esfuerzan mucho más y dedican más tiempo al proceso, alcanzan resultados más altos y, aunque estén agotadas físicamente se sienten felices, satisfechas y la mayoría de las veces con más energía para ir más allá.
La combinación de motivación y rendimiento proporciona el marco para que los instructores obtengan lo mejor de sus alumnos. Los antecedentes y las bases de la motivación son completamente diferentes en cada persona y tienen muchas causas posibles. Por lo tanto, cualquier formación motivacional debe ser capaz de tener todo esto en cuenta, y esto sólo puede ser manejado por muy pocos instructores altamente cualificados.
Algunas personas pueden estar motivadas y hacer un mejor trabajo sabiendo que el alto rendimiento conduce al éxito, al dinero o a un ascenso. Algunos desarrollan su motivación a través del contacto y la retroalimentación con los demás o intrínsecamente a través de otras cosas. Por desgracia, también hay algunos que no pueden motivarse en absoluto. Eso significa que no les importa y se limitan a hacer su trabajo, ni más ni menos. En este caso, es esencial averiguar cuál es la razón de ese comportamiento y si el trabajo y el entorno son adecuados para ellos.
Comparemos a un buen estudiante y a uno verdaderamente apasionado. La mayoría de las veces, el buen estudiante trabaja para aprender los materiales de estudio. Ese estudiante puede incluso sacrificar el tiempo dedicado a sus aficiones y amigos para aprobar un examen, pero nunca es de los que hacen preguntas extra durante y después de la clase. También están los que siempre buscan y rebuscan información extra sobre la materia, o tratan de entender todos los detalles mínimos sobre el funcionamiento de las cosas. Esta última es, precisamente, la forma de actuar del estudiante verdaderamente motivado. Los conocimientos y habilidades que se adquieren en el proceso, así como el resultado final, son extraordinarios. Cada victoria no hace más que estimular las ganas de fijarse una nueva meta. Ningún esquema de gestión del rendimiento puede crear un comportamiento y unos resultados tan permanentes.
En la aviación, el bajo rendimiento de los pilotos suele ser el resultado de algún factor que ha erosionado sus habilidades o su motivación. Las aptitudes pueden verse mermadas si los alumnos no tienen continuidad en sus vuelos o en su formación y las lagunas subsiguientes no se han abordado adecuadamente con formación adicional o en simulador. Si la motivación se ha visto afectada, puede deberse a los factores mencionados anteriormente, o puede tratarse de algún factor externo en la vida privada del piloto que justifique ahondar más profundamente sobre lo que le pasa.
Motivación y competencia
La competencia del piloto también se ve afectada por la motivación, que por lo general no puede entrenarse, se les puede enseñar qué es la motivación, cómo debe demostrarse e incluso mostrarla, pero no sentir verdadera pasión por determinadas actividades, estilo de vida, resultado específico. Enseñar a alguien la motivación sólo daría resultados temporales.
En cuanto a la competencia, la relación con la motivación sería: competencia = motivación x (formación + experiencia)
Cuando los pilotos comienzan su carrera, pueden estar muy motivados y entusiasmados por haber «aterrizado» en la profesión que han elegido. Les falta experiencia, pero si reciben formación buena y de calidad esto puede lograr que sean pilotos muy competentes en sus primeras etapas de formación. A medida que los pilotos avanzan en su carrera, la experiencia aumenta, pero la calidad de la formación recibida, o el nivel de la formación recurrente, también es esencial. Cuando estos dos factores son de alta calidad y se combinan con una alta motivación, dan lugar a un piloto muy competente.
Epílogo
- Considerar algunos aspectos como los siguientes puede ayudar a las personas estudiantes a no desmotivarse:
- Comprender que es natural no poseer la misma capacidad para desempeñarse en las diversas áreas del aprendizaje; por ello es importante aprender a conocerse y realizar una valoración objetiva tanto de las fortalezas propias para aprovecharlas, así como de las debilidades para identificar dónde se requiere mayor esfuerzo y del progreso que se va obteniendo.
- Entender que equivocarse y aprender de los errores forma parte del proceso de aprendizaje formal y de la vida en general. Igualmente, comprender que en muchas ocasiones es importante y conveniente solicitar ayuda a fin de evacuar dudas o recibir más información que facilite comprender y asimilar de mejor manera el conocimiento, luego de entender que pedir ayuda es una necesidad y un derecho de todas las personas.
- Comprender que la inteligencia no es un rasgo fijo, sino que más bien se puede cultivar mediante el aprendizaje y que por lo tanto hay posibilidades de cambio y de mejoría en el desempeño.
Fly safe and enjoy!
Hasta la próxima
Paz y bien – Námaste
Roberto Gómez
rjg@flap152.com
Referencias
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- Naranjo Pereira, María Luisa MOTIVACIÓN: PERSPECTIVAS TEÓRICAS Y ALGUNAS CONSIDERACIONES DE SU IMPORTANCIA EN EL ÁMBITO EDUCATIVO. Revista Educación [en linea]. 2009, 33(2), 153-170[fecha de Consulta 27 de Abril de 2022]. ISSN: 0379-7082. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44012058010
- ¿Qué nos motiva a trabajar? Álvaro Espejo Jaimovich, profesor eClass del curso Gestión del Talento. Periódico LA TERCERA Domingo 2 de noviembre de 2014.
- Mario Pierobon, Ph.D. Motivating Factors, Flight Safety Fundation.